La sal es un producto natural que se obtiene de forma artesanal, mediante la evaporación del agua del mar. Antiguamente, este producto se utilizaba principalmente en Lanzarote para conservar el pescado. Actualmente, se emplea en los hogares como condimento, aunque también para confeccionar las alfombras de las fiestas de Corpus Christi.
Las salinas de Lanzarote se correspondían con el tipo de salina nueva de barro con muros de piedra. Normalmente, los cocederos se encuentran dispuestos en terrazas, adaptándose siempre a la forma y pendiente del lugar. El llenado de estos cocederos se realizaba por medio de molinos de viento, que bombeaban el agua del mar. Cerca de las salinas se levantaban los saleros (edificio sin cubierta) donde almacenaban este mineral.
La sal canaria es muy apreciada por la limpieza de su obtención, sin mezclas de tierra, que son las que dan una coloración blanca tirando a marrón. Entre las propiedades de la sal marina se pueden destacar las siguientes:
Todos estos beneficios están asociados a un consumo responsable y equilibrado de éste mineral.
Recomendaciones de riego por zona y cultivo
Las Salinas han sido uno de los paisajes más bello que el hombre ha creado cerca del mar. En Canarias, la salina más antigua fue “Las Salinas del Río”, en Lanzarote. La industria de la sal originó grandes ingresos en esta isla, debido a que la pesca dependía mucho de ésta industria, ya que se usaban enormes cantidades de sal para conservar el pescado. Hoy en día han desaparecido la mayoría de las salinas, permaneciendo en activo únicamente Las Salinas de “Janubio” en Yaiza y Las Salinas de los “Agujeros”, en la Costa de Guatiza.
Se ha detectado nueva plaga de cochinilla ( Dactylopius opuntiae ) que nada tiene que ver con la cochinilla que se cria en las tuneras de Guatiza y Mala (Dactylopius coccus) de donde se obtiene el carmín.