Entutorado: Consiste en sujetar la planta para que no se caiga. Se realiza una vez haya parido y se utilizan horcones de madera o metálicos.
Eliminación o corte de la bellota: Consiste en cortar la bellota en bisel para que aumente el peso de la fruta.
Desflorillado: Se elimina la flor de cada plátano para evitar la pudrición del extremo del fruto. Se realiza antes de los 15 días tras la floración.
Embolsado: El racimo se cubre con bolsas plásticas, con la finalidad de aumentar el peso del racimo, tener un llenado de la fruta más uniforme y reducir el intervalo floración-recolección.
Corte del seudotallo: Una vez recolectada la fruta, se corta el pseudotallo a la mitad. Ya que al tratarse de una excelente fuente de nutrientes, favorecerá el crecimiento del hijo.
Descepado: Consiste en destruir las viejas cabezas, cepas o rizomas para evitar que sean un foco de plagas, principalmente de picudos.
Escardar: Se aconseja eliminar las malas hierbas, para evitar competencia por el agua y los nutrientes. Normalmente se deben utilizar herbicidas autorizados.
Deshijado: Consiste en seleccionar el hijo más adecuado para la cosecha y eliminar el resto. Se puede realizar con barreta, machete o aplicando queroseno (2,5 cc) con una pistola de inyección.
A la hora de deshijar hay que tener en cuenta: La inclinación de la planta madre, el marco de plantación, la época de parición, el vigor del hijo, el anclaje del hijo y el mes de nacimiento del mismo.